Narrativa


EL CABALLERO OSCURO

     Iba yo montado en mí caballo San Wiliam Serg Guasinton por una pradera verde con un manto fino de hierba, al final del paisaje resplandecía un girasol. Fui a ver ese resplandor que me llamaba tanto la atención, cuando llegué a él y lo toqué me entró una fuerza extraña en el cuerpo, acto seguido noté que se me estaba cubriendo el cuerpo con una armadura negra. Cuando estaba la armadura por el hombro me acorde de que mi abuelo que era muy sabio me contó la historia del caballero oscuro, que decía que el antiguo caballero lo enterraron debajo de un girasol escondido en lo mas lejano de la pradera y que estaría esperando a que alguien lo tocase para resucitar de nuevo en el interior del cuerpo de quien lo tocase para vengarse.

     Cuando se me cubrió todo el cuerpo la armadura desapareció metiéndose en mi ser. Como me asusté tanto salí corriendo hacia  mi casa. Fue verme, mi abuelo me preguntó  si me pasaba algo porque estaba muy pálido y alterado, no me quedó otra que contarle lo sucedido. Mi abuelo cogió un libro donde aparecían conjuros y varios de los mejores hechiceros, pero había muy poca información sobre el caballero, solo que una de las hechiceras tubo un romance con él.

       Me puse en camino ya que no me quedaba otra opción, en busca de esa bruja para que me ayudase con el conjuro. Después de dos semanas de camino llegue al bosque encantado, un lugar frío y siniestro, fue entrar, se me cubrió el cuerpo con la armadura. Eso era buen síntoma quería decir que iba por buen camino aunque  en realidad no se me avecinaba nada bueno. Me adelanté hasta que me topé con un árbol milenario en el cual habían gravado los nombres de dos personas, mi mano se fue directa a esa inscripción como si quisiera vivirlo otra vez, pero en ese mismo instante saltaron tres grandes ogros. En una décima de segundo se me tiró un ogro encima, no lo vi llegar. Me estampó contra el árbol milenario en el cual se abrió una gran grieta, y en su interior  resplandeció el mango de una espada. Era la espada perdida de los elfos la antigua Afrodita con la cual habían matado al rey de los dragones. Empuñé la espada con la cual degollé de un solo golpe al primer ogro, el otro, chiquitillo y cojo, se me echó a la espalda mientras que el que quedaba se lió a darme golpes en el estómago. Con un audaz movimiento me quité al monstruo que tenia en las espaldas, al darme la vuelta le clavé la espada en el pecho partiéndole el esternón por la mitad. El ogro que quedaba se fue corriendo al ver peligrar su vida. Continué mi marcha ya que me quedaba otra semana por delante, al echarse la noche, estando ya casi dormido, percibí un movimiento de las ramas de los árboles: era una preciosa guerrera que vino a avisarme de que venían los soldados de Blogger el malvado rey de las tiniebla. Me subió a una rama con ella asta que pasaron los malvados soldados con una mujer amordazada.
La guerrera se me presento se llamaba Begonia y me estuvo contando que venia de una tribu solo de mujeres que se había enterado de lo que me había ocurrido y que su hechicera la había mandado a por mi ya que era el único que puedo matar a Blogger, pero había un problema que habían secuestrado a la hechicera que estuvo con el antiguo guerrero.
Todo esto me estaba viniendo demasiado grande pero no me quedaba otra tenia que salvar a esa hechicera y me puse en camino ya que no quedaba mucho tiempo, Begonia se sabia muchos atajos para salir antes del bosque, cuando salimos del bosque divisamos una taberna en lo alto de una montaña y subimos haber si sabia alguien donde se encontraba la guarida de Blogger, cuando llegamos nos encontramos con la taberna vacía al salir de ella vimos a una persona salir corriendo , lo seguimos y lo atrapamos era el tabernero que nos dijo que ya no iba nadie por allí por culpa de Blogger, le preguntamos que si sabia donde se encontraba su guarida y nos dijo que si pero que no lo diría si el iba con nosotros ya que tenia una cuenta pendiente con el por haber matado a su hija y mujer.

 


Autor: Felipe Miguel Labrador Jiménez 



LA GUERRA DE LOS DRAGONES.


Mi historia comienza un día normal y corriente en un pueblecito apartado mas allá de las montañas de Sieger. Aquella mañana me levanté tarde y note que algo pasaba, salí ala calle y en el mercado no había casi nadie, le pregunte a un mercader y me contó que hacia dos días que el rey de del reino de Doria había sido asesinado y sus legiones acorraladas y derrotadas por el ejercito de los dragones.
Acto seguido decidí partir en busca Caramon, un nigromante con el que crecí de pequeño. Mi nuevo destino estaba a dos semanas de camino mas halla de las montañas. En aquel momento cogí mi caballo y me dispuse hacia el horizonte, el paisaje era precioso con sus montañas al fondo con los picos cubiertos de nieve, un manto de arboles, un pequeño riachuelo que dividía esa llanura con el agua totalmente cristalina. También había un cielo azulado con alguna nube suelta y el sol que iluminaba todo lo que se podía ver, lo que me esperaba a partir de ese momento no tenia nada que ver con la paz y tranquilidad que daba este paisaje.
Llevaba 3 días de camino cuando llegue al pueblo vecino, las casas eran agujeros dentro de la roca, el único edificio que estaba fuera era una taberna de la cual salia un olor putrefacto mezcla del olor a cerveza y a olor corporal de los clientes. Decidí entrar, hacer un pequeño descanso y comprar previsiones. Al entra pude ver en una mes en un rincón a un grupo de salvajes, en otra mesa había dos guardias y en el fondo una mesa vacía en la cual me senté, los guardas me miraron con unas caras poco amigables, se notaba que la guerra estaba muy cerca.
El posadero salio de la cocina y se dirija hacia mi, tenia una camiseta blanca llena de comida, cerveza y algún otro brebaje, le estaba corta y se le salían los michelines por debajo de ella, pedí unas patatas con caldo que era lo que comieron los guardias, y también una jarra fresca de cerveza, al poco rato entraron un grupo de cuatro kender. Los kender son conocidos por guardarse cosas de los demás, es decir, eran ladrones, pero ello siempre devolvían las cosas pero todos los que estábamos en la taberna nos cogimos los bolsillos cuando pasaban por nuestro lado, los kender empezaron a hablar entre ellos pero pude oír como uno de ellos decía que había visto una legión del ejercito de los dragones a una jornada y media de aquí.
Cuando termine salí de aquel antro y proseguí mi viaje hacia la torre oscura donde vivía Cámaron, empezaba a caer la noche y ya había entrado en el bosque por lo que decidí encender un fuego y acampar toda la noche. Al cabo de un rato escuche un crujir de ramas , yo estaba indefenso al no tener ningún arma (cosa que cambiaría en el próximo pueblo comprando una), cogí una piedra que había al lado mia me levante y me abalance contra el pero antes de atestarle el primer golpe pude oír como alguien decía “¡Valla recibimiento!”, lo mire y me di cuenta que era un inofensivo kender que me había seguido por curiosidad, los otros tres kender se habían marchado así que lo invite ha pasar la noche allí con migo, el acepto y se presento, se llamaba Tobek.
Ala mañana siguiente cuando me desperté no estaba y mi bolsa tampoco, lo primero que pensé es que el kender me la había robado pero tras pasar unos minutos lo vi aparecer con la bolsa y me dijo que tuviera mas cuidado que se la había encontrado unos metros detrás. Los kender eran como hombrecillos no median mas de un metro y eran muy escurridizos así que pensé que podría ayudarme en mi empresa y el acepto.


Continuara...




AUTOR: José Martinez Conchillo

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